¿Tienes debilidad en el pie o dificultad para caminar? Es posible que estés experimentando pie caído, una condición que afecta la movilidad y aumenta el riesgo de caídas. En este artículo conocerás sus causas, síntomas y los tratamientos más efectivos para recuperar el movimiento y mejorar tu calidad de vida.

¿Qué es el pie caído?
El pie caído (también conocido como drop foot en inglés) no es una enfermedad, sino un síntoma de un problema subyacente. Se caracteriza por la dificultad para levantar la parte delantera del pie, lo que provoca que se arrastre al caminar. Muchas personas con esta condición adoptan una marcha en “zancada alta” (steppage gait), levantando más de lo normal la rodilla para evitar tropezar.
Causas del pie caído
El pie caído puede deberse a diversas condiciones médicas, entre ellas:
- Daño nervioso: La causa más común es la lesión del nervio peroneo, que puede deberse a traumatismos, presión prolongada sobre el nervio o enfermedades como la diabetes.
- Trastornos neurológicos: Enfermedades como la esclerosis múltiple (EM), accidentes cerebrovasculares (ACV), parálisis cerebral y esclerosis lateral amiotrófica (ELA) pueden afectar los nervios y causar pie caído.
- Trastornos musculares: Algunas distrofias musculares o enfermedades que debilitan los músculos pueden provocar esta condición.
- Problemas en la columna: Hernias discales, lesiones medulares u otras alteraciones espinales también pueden comprimir los nervios responsables del movimiento del pie.
Síntomas del pie caído
Los síntomas más comunes incluyen:
- Dificultad para levantar el pie al caminar
- Arrastrar el pie o los dedos
- Tropiezos frecuentes
- Hormigueo o entumecimiento en el pie o los dedos
- Marcha anormal con elevación exagerada de la rodilla
Si presentas estos síntomas, es importante consultar a un podólogo especialista lo antes posible.
Diagnóstico del pie caído
El diagnóstico incluye una evaluación clínica y pruebas complementarias como:
- Estudios de conducción nerviosa y electromiografía (EMG) para evaluar la función de los nervios y músculos.
- Resonancia magnética (RM) o tomografía computarizada (TC) para detectar posibles causas en la columna o el cerebro.
- Ecografía para visualizar posibles lesiones en los nervios periféricos.
Tratamientos para el pie caído
El tratamiento varía según la causa del pie caído. Algunas opciones incluyen:
- Férulas y ortesis: Una ortesis tobillo-pie (AFO) ayuda a estabilizar y levantar el pie al caminar.
- Fisioterapia: Ejercicios de fortalecimiento, estiramiento y reeducación de la marcha.
- Estimulación nerviosa: La estimulación eléctrica funcional (FES) puede mejorar el control del pie.
- Medicamentos: Para controlar el dolor o tratar enfermedades neurológicas.
- Cirugía: En casos graves, puede ser necesaria una descompresión nerviosa, transferencia tendinosa o cirugía de columna.
Estilo de vida y recomendaciones
Con un enfoque adecuado, muchas personas pueden adaptarse y mejorar su calidad de vida:
- Usa calzado adecuado y seguro para prevenir caídas.
- Realiza tus ejercicios de rehabilitación con constancia.
- Usa dispositivos de asistencia como bastones o andadores si es necesario.
- Acude a tus controles médicos periódicos con el podólogo.